martes, 8 de julio de 2008

Diabólica directiva del retorno

O yo estoy mal, o el mundo se volvió loco. O las dos cosas a la vez, que también puede ser. Resulta que a algunos sinvergüenzas europeos se les ocurrió comenzar a encerrar inmigrantes al mejor estilo perrera municipal, a los fines de evitar la superpoblación de extranjeros en aquellos lares.
Y no es que los autores de la medida sean neonazis escondidos en las alcantarillas del viejo continente, donde ataviados con capas rojas y borceguíes puntiagudos, degluten gallinas vivas hincándoles sus diabólicos colmillos, saciando con la sangre fresca de los animales sus morbosas apetencias, hijas del odio y la xenofobia más vil. No, no son personas de ese tipo. Bueno, más o menos.
Los culpables de la medida son los eurodiputados. A partir de esta “Directiva del retorno” los llamados “sin papeles” que vivan en Europa podrán permanecer detenidos, aún sin orden judicial, hasta 18 meses antes de su repatriación.

Contra la locura, cordura

Es una decisión lamentable, definitivamente. Los mismos gobernantes que utilizaron a los inmigrantes como motor fundamental para desarrollar la economía de sus países hace tan solo unos años atrás, hoy les dan la espalda. Y no solo eso. Los embisten con leyes inhumanas, que atentan directamente contra la dignidad del hombre.
Pero yo me voy a vengar, ya lo decidí. A modo de protesta, voy a cruzar todas las fronteras de aquel terruño de prosperidad. Correré desnudo por cada nación llevando un póster del Perro Santillán, y haciéndoles lero lero calendero a los militares que osen intentar atraparme. De Gibraltar a San Petersburgo, en marcha emancipadora.
No tengo dudas. Será un manto de sensatez para tanto delirio junto.

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